Llegamos al Hospital Provincial a las 16:30.
Nueva sesión del COM, que este sábado girará en torno al "servicio y disponibilidad".
Nos parece una oportunidad fantástica para salir de la rutina y trasladarnos a un lugar donde creemos que podremos encontrar una forma de dar significado a estas palabras.
Nos guían hasta una pequeña caseta. Sobre la pared blanca de ésta destaca un letrero donde se lee: "Oficina del Voluntariado".
Hospital Provincial...
Voluntariado...
COM...
¿Qué relación existe entre ellos?
Nos invitan a pasar dentro.
Una pequeña sala. Imágenes decorando las paredes. Un tablón con algunas notificaciones sobre formación para voluntarios. Una estantería llena de libros y, un poco más arriba, varios álbumes de fotos. Alguna bata blanca con tarjeta de identificación. Un par de carritos negros. Taquillas con nombres y apellidos.
Todo parece muy bien organizado, pero: ¿cuál es el sentido de aquello?
Nos sentamos en círculo, esperando poder comprender un poco mejor ese sentido de lo que se encierra dentro de aquella habitación.
"Somos aproximadamente unos 100 voluntarios", nos dice uno de estos cien.
Y poco a poco todo va cobrando sentido.
Compromiso, gratuidad, alegría, formación, respeto, consuelo, humildad, esperanza... se esconden tras esas dos palabras que llenan la habitación más de una vez: "Voluntariado Consolación".
Aún hoy, este Hospital continua necesitando enormes dosis de consuelo.
Necesita de personas humildes y arriesgadas al mismo tiempo, dispuestas a entregar sus cinco panes y dos peces al servicio de la vida.
"Ser voluntario... es un contrato que se firma con amor".
Junto a la puerta de salida de la oficina, una frase ponía el punto final a aquella tarde.
El eco de tantas experiencias de consolación:
"No es lo que hago, es por qué lo hago".