Y sí, ahora sí. Colorín colorado: Este cuento se ha acabado.
Para vuestros monitores, como suponemos que para vosotros, estos días de después del campamento se hacen un poco raros. Nos falta algo. Nos falta levantarnos antes que nadie y hacer dormir a los más madrugadores, levantaros con música para empezar el día a tope, preparar vuestro desayuno, las oraciones, las actividades de la mañana, cambiarnos para ir a la piscina y jugar con vosotros a las cartas, cantar alguna canción. Ayudaros a coger la comida, tener a alguien detrás para que le demos su móvil, estar ayudando a hacer los talleres, preparar los bailes para que sean los mejores de la gala, daros la merienda, hacer deporte con vosotros, sacaos de las habitaciones porque llegáis tarde a la oración, evaluar con vosotros cada noche el día que hemos vivido, o incluso curar vuestras caídas y acostarnos tarde preparando el día siguiente...
Y es que 8 días, con 102 chicos y chicas y 20 monitores dan mucho de sí. Dan para conoceros por fuera pero también por dentro, para cambiar alguna cosita de vosotros, para mejorar en aquello que no somos perfectos. Para recibir mucho más de lo que damos. Y es que vuestras sonrisas el último día, o vuestras lágrimas de no querer volver a casa y vuestros 10 en las evaluaciones es mucho más de lo que necesitamos. Ya sabéis que los Monitores Consolación no buscamos ni dinero, ni querer ser los mejores ni nada por el estilo. Solo queremos ser como Mª Rosa Molas era con sus niños que educaba y cuidaba... No es tarea fácil, pero año tras año es nuestro objetivo. Y podemos decir, que un año más nos hemos acercado un poco a este objetivo, que también incluye que seáis cada día un poco más felices.
Sabéis más que de sobra que sin vosotros no habría campamento, no habrían actividades ni vídeos ni nada. Una vez más nos habéis sorprendido y habéis hecho que vivamos la mejor semana del verano. Pero no podemos decir que solo estamos nosotros y vosotros. Porque ya sabéis quien es ese que nos acompaña cada campamento, cada día y en cada una de las pequeñas cosas que hacemos en nuestras vidas y como no, a Él también le agradecemos que haya estado con nosotros este campamento.
Como decíamos nos llevamos mucho más de lo que damos, y esperamos que vosotros también os llevéis ese "algo +" que todos los monitores buscamos enseñar...
Nunca os decimos adiós, solo un hasta dentro de muy poco, porque en octubre volveremos a la carga con el COM y con el MIC y esperamos encontrarnos allí un año más.
Antes de acabar, y como viene siendo tradición tenemos que agradecer a la Casa Don Bosco, de los Salesianos de Godelleta. Un lugar diferente, donde se respira un carisma de apertura, entusiasta y detallista que nos han acogido con los brazos abiertos que nos ayudan en todo lo que necesitamos o incluso preparando alguna coca o café para los monitores.
Chicos y chicas, que no se os olvide lo vivido. No cambiéis nunca y recordad que os esperamos en octubre, y en el campamento que viene. No os olvidéis tampoco de ese que ha escrito todo este cuento de 8 días inolvidables, ese que siempre está ahí y camina con nosotros.
Multimedia