
A continuación tuvimos el momento diario de piscina en el que pudimos refrescarnos y descansar un poco antes de la comida y del tiempo libre.
En el taller de la tarde nos propusimos construir una sencilla brújula con materiales caseros como un tarro, un clip y un trozo de corcho.
Por la tarde, y después de merienda estuvimos en los bailes y los deportes, una buena ducha y listos para la oración de la tarde donde reflexionamos sobre la decisión y la capacidad de decir que sí a lo que se nos propone.
Finalmente en la noche unas malvadas piedras mágicas salvajes nos robaron la brújula así que tuvimos que conseguir el gran chancho para intercambiarlo por la brújula...
¡Mañana más y mejor!